miércoles, 8 de junio de 2011

Escultura barroca: Bernini; Apolo y Dafne.

“Apolo y Dafne”, 1622 / 1625, Autor: Gian Lorenzo BerniniEn esta escultura,asistimos a una sorprendente competición entre la escultura, la pintura y la poesía. Bernini al igual que en la pintura, aborda el tema de la metamorfosis como si de una narración se tratase. El espectador se ve obligado a acompañar el movimiento  de la escultura rodeándola, degustándola paso a paso, hasta llegar a la expresión misma de la escultura, del drama  en el momento cuando Apolo, tras ser atravesado por la flecha de amor lanzada por Cupido, consigue alcanzar a la asustada ninfa Dafne. El corazón de la seguidora de Diana había sido atravesado por una flecha de plomo, inmunizándolo frente a los encantos de Apolo. Para no ser poseído, el bello cuerpo de Dafne comenzó a transformarse en el árbol del laurel, con la ayuda de su padre el río Peneo. El laurel fue convertido por Apolo en un árbol sagrado, siempre verde,En siempre “joven” como su amada y sus hojas, en el atributo de los héroes vencedores.La inanimada escultura cobra vida en las manos de Bernini, desaparece la sensación de dureza del mármol que se trabaja como si fuese cera.Ecos de la escultura antigua y manierista embargan este fascinante grupo escultórico, Apolo es el recuerdo de una mítica escultura de la antigüedad, el Apolo del Belvedere. Pero finalmente, es sin duda la magia de la escultura barroca la que hace partícipe al espectador de la poesía de la obra, la que logra invadir su espacio emotivo.Hay un mensaje grabado en el pedestal de mármol que la sostiene,que nos invita a no olvidarla nunca:
“Quisquis amans sequitur fugitivae gaudia formae Fronde manus implet, baccas seu carpit amaras” 
Una incógnita para el recuerdo.  

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